Confesiones de media noche

Así es, tengo una amante. ¿Eso querías oir? Pues te lo digo. Lo digo con fuerza y casi gritando para que retumbe, que suene tan profundamente que no lo olvides. Porque olvidar el amor, eso es algo que no nos debemos permitir.

Pero de nuevo, es quizá un arrebato y solo eso. Usar las palabras para ajustarlas a una intención pero no a la verdad – o al menos no a la que se espera… o conviene. Estoy, para ser más correcto con el lenguaje, hablando de un amor que ha estado conmigo toda la vida. Respiró conmigo, andó conmigo, rio conmigo, fue conmigo. Pero lo digo en pasado, ¿te das cuenta?

Recuerdo ese día (¿el día?) que vine a este lugar y borré todo lo que había escrito. Entonces me pareció insignificante pero no lo fue, no, al parecer no lo fue. Decisiones, decisiones, decisiones. Una tarde, un sentimiento, un dolor en el alma que ignoré (por segunda vez). ¿Habrá una tercera vez? Eso aún está más allá de mi.

Pero no fue la primera vez. Quizá fue una de tantas, pero ahora se que aquella – la original dolió igual y también la hice menos. No debí hacerlo. Aún recuerdo la imagen, ese porte que para mi lo fue todo: el ejemplo, el camino, lo correcto, lo ideal. Diciéndome algo así como «¡No sea mamón!». «Pero yo solo quería expresar lo que sentía» – pensé. «Hasta hice investigación, busque conversiones y medidas, no lo saqué de la manga, no… no fue solo invención… investigué» – agregué inútilmente, sollozando internamente.

En la pantalla se escucha una frase muy familiar pero a la vez lejana: «Tengo que confesarte algo que le dije a Mr. Big». Mi corazón se estrujó, se hizo pequeñito y se puso a llorar. Tuve que echar mano del pequeño niño azul para que me ayudara a rearmarlo, poner cada pequeña piececita en su lugar (o al menos unas junto a otras) para rehacer lo maltrecho que lo descubrí.

O Marley, ese sueño ideal que apunta a un lugar al cual no pertenezco. Que recuerdo haber buscado y cuando lo tuve no pude seguiroe adelante. No quise, no pude, me detuvieron, cualquier palabra sobra. Total que de muchas formas estoy en el mismo punto, pero con sutiles diferencias:

  • Hoy se muy bien para que equipo juego, aunque a veces me pregunto porque soy el único en mi equipo.
  • Se dónde están los que no quiero cerca.
  • Pero no se que tan lejos pueda llegar.

Pero te hablaba de este amor, que no amante. De mi corazón desarmado, de las olas de un mar inexistente, de un piano muy reducido, de la luz de mi vida, de una noche callada, de mi computadora alumbrando mi pecho y esa pequeña lamparita que por momentos se apaga, pero nos protege de la oscuridad abrumadora.

Te pedí que escucharas lo que tenía que decir cuando te abrazaba. Porque lo mio está en estas palabras y las que vienen. No en otro lado ni en otro momento. Es aquí y ahora, retomar un instante, escribirlo y dejarlo en esta eternidad (también limitada) por los grandes intereses corporativos.

¿De que escribiré? Esa es la aventura, de ahí nació este amor.

Fuente de la imagen: «https://www.google.com/url?sa=i&url=https%3A%2F%2Fwww.telegraph.co.uk%2Fworld-news%2F2021%2F12%2F16%2Factor-chris-noth-plays-mr-big-sex-city-accused-sexual-assault%2F&psig=AOvVaw1f15HPS6fYIqbdjbQEuf4N&ust=1675452368589000&source=images&cd=vfe&ved=0CBAQjRxqFwoTCLip_czI9_wCFQAAAAAdAAAAABAE»

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